El estiaje corresponde al nivel de caudal mínimo que alcanzan los ríos, lagunas o el acuífero durante la época de mayor calor, principalmente debido a la sequía.
El término se deriva estío, referido a la región del Mediterráneo, donde es usual una escasez de precipitaciones en esta estación. Esto es debido a una mayor insolación, que genera un mayor potencial de evapotranspiración (de las plantas) y de evaporación de los cursos de agua.
Esto puede ser causado por sequía, calentamiento global o falta de lluvias. Los ciudadanos podemos contribuir a reducir los impactos del estiaje adoptando hábitos para un consumo responsable del agua.
Una buena forma de empezar es identificar cómo usamos el agua en nuestras casas y entonces decidir qué acciones se pueden tomar para reducir el consumo, eliminando prácticas y hábitos de desperdicio o mejorando la eficiencia en el uso de este elemento de vida.
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Es importante prestar atención al baño, donde se usa un porcentaje significativo del agua de toda la casa. Por eso es recomendable revisar periódicamente las tuberías y conexiones donde viaja el agua, con el fin de encontrar y reparar cualquier fuga existente.
Durante la ducha se desperdicia una cantidad importante, por lo que se sugiere cerrar las llaves cuando se enjabona y no exceder los 6 minutos de baño. Además, se recomienda no dejar las llaves abiertas mientras se lavan las manos o los dientes, para ello se puede optar por el uso de un vaso con agua y reducir el consumo.
Se sugiere también lavar el vehículo con una cubeta de agua y una esponja, ya que se ahorrarían aproximadamente 300 litros de agua. Por último, es recomendable regar las plantas en la noche, porque en el día el agua se evapora rápidamente. Estos consejos serán de gran utilidad para lograr una mejor calidad de vida y para dejar un mundo mejor a las siguientes generaciones.